Con un homenaje a su fundadora y primeras directoras, Escuela de Educación Parvularia UV conmemoró veinte años de su programa de pregrado
Rector Osvaldo Corrales encabezó la ceremonia en la que el plantel entregó distinciones especiales por años de servicio a su personal docente y administrativo.
Con un homenaje a su fundadora Ivonne Fontaine y a sus primeras directoras, María Irma Bustos, Marina Grabivker y Luz Aravena, además de la entrega de distinciones especiales por años de servicio a su personal docente y administrativo, la Escuela de Educación Parvularia de la Universidad de Valparaíso conmemoró los veinte años de existencia de su innovador programa de pregrado.
Los reconocimientos les fueron otorgados en una ceremonia que encabezó el rector Osvaldo Corrales, quien en la ocasión estuvo acompañado por la vicedecana de la Facultad de Medicina, Susana Cáceres; la directora de la Escuela y la jefa de dicha carrera, Gudrun Marholz y Patricia Herrera, respectivamente; el director de Relaciones Institucionales, José Luis Meza, y el director de Extensión y Comunicaciones, Osvaldo Bizama.
También asistieron directores y directoras de escuelas, directivos académicos, profesores, estudiantes, exalumnas y representantes de instituciones, entre quienes figuraron el director regional de la Superintendencia de Educación, Reinaldo Orellana; la directora regional de Fundación Integra, Loreto Barbieri, y el director ejecutivo de la Fundación de Desarrollo San Antonio Siglo XXI, Ítalo Bustamante.
Discursos de aniversario
La ceremonia de conmemoración de las dos décadas de existencia de la carrera de Educación Parvularia de la UV se inició con la intervención de la vicedecana de la Facultad de Medicina, plantel al cual pertenece ese programa.
En su alocución, la doctora Susana Cáceres destacó el espíritu pionero de quienes asumieron el desafío de crear una carrera destinada a impartir una formación de vanguardia en la disciplina, que abordara temáticas de importancia trascendental en el ámbito de la infancia temprana y el primer ciclo, principalmente, así como también fomentara el desarrollo de cada niña y niño, dentro y fuera del aula, en distintos niveles y siempre considerando su dimensión biopsicosocial.
“Ese equipo de especialistas liderado por la profesora Ivonne Fontaine, al que se sumaron María Irma Bustos, Marina Grabivker y Luz Aravena, sus primeras directoras, se dio a la tarea de diseñar y presentar una propuesta de carrera en esta disciplina que fuera del todo innovadora y moderna, única entonces y hasta ahora en Chile, por hacer de la integración entre la educación y la salud el eje de la formación que imparte. Este singular cruce entre esos dos ámbitos, que hoy nos parece natural u obvio, mereció más de algún comentario u observación en sus inicios de parte de la academia, de algunas autoridades ministeriales, que en un comienzo no lograron comprender del todo el enfoque de esta propuesta ni que ella fuera promovida y cobijada por una Facultad de Medicina. Sin embargo, poco a poco esa resistencia derivó en un claro convencimiento de lo acertada y pertinente que era y es su innovadora propuesta curricular, que finalmente se vio validada con el otorgamiento de los seis años de acreditación por parte de la CNA”, sostuvo la vicedecana.
Sus palabras fueron complementadas por la directora de la Escuela de Educación Parvularia, Gudrun Marholz, quien a su vez agradeció el trabajo, el tesón y la visión de quienes se jugaron por la creación de esta carrera en la Universidad de Valparaíso, así como también el empuje de aquellos que creyeron en ella y le dieron sustento a nivel institucional, lo cual terminó por convencer a muchos escépticos y validar un programa educativo que, trascurridas dos décadas, goza de gran prestigio y reconocimiento entre sus pares y, por cierto, en otros ámbitos vinculados a la salud y las ciencias.
“Nuestra historia ha sido un camino de aprendizaje, construcción, descubrimiento, encuentros y desafíos que han hecho posible que este programa se haya consolidado y exhiba un reconocido liderazgo regional y nacional”, afirmó la directora.
Esta validación, argumentó la académica, deja en evidencia los avances que dicha unidad académica ha ido introduciendo para sostener e incrementar la calidad de la formación que imparte y que en la actualidad busca profundizar y potenciar todavía más, como parte de un proceso continuo de mejora, innovación y actualización curricular que ha sabido mantenerse a la vanguardia, al integrar gradualmente materias como la perspectiva de género, el desarrollo sostenible y el fomento de la práctica progresiva y temprana.
“A todas y todos quienes ha hecho posible esto y han contribuido a que nuestra carrera esté en el sitial que ocupa hoy, muchas gracias”, concluyó Gudrun Marholz.
Homenaje
El momento cúlmine de la ceremonia correspondió al homenaje que la Escuela de Educación Parvularia brindó a la fundadora y primera directora de esa carrera (entre 2004 y 2007), Ivonne Fontaine, y a las tres académicas que colaboraron más directamente con ella en el proceso de su diseño, creación y puesta en marcha, y que posteriormente la sucedieron en el cargo: María Irma Bustos (2008 a 2017), Marina Grabivker (2018 a 2020) y Luz Marina Aravena, (2021 a 2023).
Cada una de ellas fue reconocida personalmente por el rector Osvaldo Corrales, quien junto con agradecerles sus valiosos aportes, visión y compromiso, resaltó su espíritu innovador y su “porfía ilustrada”, que en su opinión hizo posible que su propuesta viera finalmente la luz, fuera aceptada por el mundo académico y goce hoy de un gran prestigio, lo que finalmente redunda en que cada vez es más apreciada y requerida por las estudiantes de enseñanza media que optan por seguir sus estudios superiores en la disciplina.
En representación de las homenajeadas intervino Ivonne Fontaine, quien agradeció a las autoridades de la Universidad y de la Escuela por mantener vivo el espíritu de la carrera, al tiempo que destacó las fortalezas de su innovador enfoque curricular. “Es innegable que educación y salud se encuentran y están estrechamente vinculadas en la educación parvularia. Eso siempre fue visible para nosotras. Esa relación es el corazón de esta carrera, a la que además incorporamos otros dos ámbitos que son cada vez más relevantes para la formación en el área: la educación emocional y el pensamiento creativo. Su inclusión también significó una gran innovación”, aseveró.
Distinciones
En la oportunidad, la Escuela entregó distinciones especiales a su personal docente y administrativo con quince o más años de servicio cumplidos en esa unidad.
El estímulo lo recibieron la docente y actual directora Gudrun Marholz; la docente y actual jefa de la carrera, Patricia Herrera; las educadoras y profesoras Rosa Parada, Carola Cacciuttolo, Sandra Sánchez, Carolyn Aranda, y el profesor Enzo Arias; las secretarias Sandra Albornoz y Lissette Velásquez, y el auxiliar Claudio Acuña. También fueron distinguidos los docentes Francisco Serrano y Ángela Vallejos, quienes no pudieron estar presentes.
Asimismo, y como parte de su colaboración y participación en los procesos formativos, también fueron reconocidos los siguientes centros de práctica: los jardines infantiles Conejito Blanco, Luna, La Providencia, Puerto Aysén, Florida, Joya del Pacífico y Dapangam, la sala cuna y jardín infantil Entresueños, la escuela Orlando Peña, los colegios Aspaut Viña del Mar y Valle de Quillota y el Sanatorio Marítimo San Juan de Dios.
A estas instituciones se sumaron en calidad de socios estratégicos, por su impacto en el aprendizaje recíproco, la Subsecretaría de Educación Parvularia, la Superintendencia de Educación e Intendencia de Educación Parvularia de la Región de Valparaíso, la Junta Nacional de Jardines Infantiles, la Fundación Integra, el SLEP Valparaíso, la Corporación Municipal Viña del Mar, el Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota, la Red de Educación Pública de Quillota (RED Q), la Corporación Municipal de Concón, la Corporación Municipal de Quilpué, la Dirección de Desarrollo Comunitario de Viña del Mar, la Fundación de Desarrollo San Antonio Siglo XXI, la Fundación Ecomar, el Centro Agroecológico El Vergel, la DAEM de San Antonio y el Museo Artequín.