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Facultad de Medicina

Universidades del Estado desarrollan software para simulaciones clínicas

26 Jul 2024

Iniciativa, en la que participan académicos de diversos planteles del país, es parte de las acciones de la Red de Salud Digital de Universidades del Estado, cuyo objetivo es avanzar en la formación competencias en tecnologías de información.

Académicos y académicas de catorce universidades estatales agrupadas en la Red de Salud Digital de las Universidades del Estado (RSDUE), trabajaron en el desarrollo de una plataforma para centralizar casos clínicos, capaz de integrarse a los planes de formación de sus carreras vinculadas al área clínica, tales como Medicina, Enfermería y Kinesiología, entre otras.

El proyecto permitirá que casas de estudio desde Tarapacá hasta Magallanes accedan de forma remota a un repositorio de casos clínicos para el aprendizaje, uno de los métodos más extendidos en la educación clínica de los estudiantes. El software estará alojado en los servidores de la Universidad de Talca y estará disponible a través de una página web.

Actualmente son parte de la RSDUE la Universidad de Tarapacá, de Antofagasta, de Atacama, de La Serena, de Playa Ancha, de Valparaíso, de Santiago, Universidad de Chile, de O’Higgins, de Talca, del Bío Bío, de Magallanes, de Los Lagos y Arturo Prat. Todas son instituciones educativas públicas integrantes del Consorcio de Universidades Estatales de Chile (Cuech).

“La meta de la Red es avanzar hacia un sistema que permita a cada estudiante ingresar, analizar, solucionar o incluso desarrollar un caso clínico”, dijo Claudia Arancibia, académica de la Universidad de Chile, quien es integrante de la mesa de competencias de la RSDUE, entidad que ha trabajado como consultora en el diseño del proyecto.

La investigadora es también directora de la Sociedad Chilena de Simulación Clínica y Seguridad del Paciente (Sochisim), organismo que busca promocionar la simulación clínica como un modelo educativo pedagógico fundamental en la educación de ciencias de la salud de nuestro país, tanto a nivel de pregrado como de postgrado.

El desarrollo que ultima sus detalles finales y está a cargo de la mesa de sistemas de la alianza es un bien de uso público y código abierto, ya que la RSDUE es una iniciativa financiada por el Ministerio de Educación como parte de su programa para el mejoramiento de las instituciones.

De acuerdo a la definición de la Universidad Pompeu Fabra, de España, un caso clínico es la descripción ordenada de los síntomas y acontecimientos que le ocurren a un paciente en el curso de una enfermedad, así como de los datos complementarios proporcionados por los procedimientos diagnósticos, el curso del razonamiento clínico, la conclusión diagnóstica, el tratamiento empleado y la evolución del enfermo.

Felipe Bravo, conector del área de salud a distancia de la Red, señaló que el Sistema Gestor de Casos Clínicos para Centros de Simulación es una herramienta que favorecerá el desarrollo de competencias en estudiantes de pregrado y postgrado, resolviendo el desafío de disponer casos clínicos para sus centros de simulación.

“Es una metodología de enseñanza tradicional y muy utilizada por las carreras de la salud. Nuestra apuesta es que se organicen en un sistema centralizado, ayudando a que estos, una vez generados, puedan ser utilizados por estudiantes y académicos de todas las universidades, con una perspectiva colaborativa”, apuntó Bravo.

La RSDUE persigue el objetivo de fortalecer e instalar competencias, capacidades y acciones para casos de uso en el abordaje de los desafíos en salud digital, vinculándose con instituciones públicas y privadas. Algunos de sus primeros hallazgos desde la perspectiva de la investigación, fueron un informe sobre el nivel de avance y brechas en tecnologías de información en salud de sus universidades integrantes.

Simulación minimiza el error

La simulación en el área de la salud consiste en situar a un estudiante en un contexto que imite algún aspecto de la realidad y establecer, en ese ambiente, situaciones o problemas similares a los que deberá enfrentar con individuos sanos o enfermos, de forma independiente, durante las diferentes prácticas clínicas. Tiene tres objetivos principales: educación, evaluación y la mejoría del trabajo en equipos de salud.

Según la Sochisim, la simulación clínica constituye una herramienta pedagógica que ofrece la posibilidad de realizar de manera segura, eficaz y controlada, una práctica profesional. A través de ella, el estudiante o el profesional de la salud interactúa, en un entorno que simula la realidad, con una serie de elementos, a través de los cuales será capaz de resolver situaciones clínicas de baja o de alta complejidad.

La académica Claudia Arancibia explica que como metodología de aprendizaje, la simulación pone al estudiante frente a situaciones que podría encontrarse en la realidad, con la diferencia de que se desarrolla en un ambiente controlado, seguro y que guarda todos los resguardos éticos, sin poner en riesgo la salud de las personas. “La simulación de todo el quehacer clínico, en las carreras de salud, permite minimizar la ocurrencia de errores”.

En la última década, esta técnica de enseñanza ha crecido de forma significativa en las universidades chilenas, posicionando al ecosistema académico local en un nivel destacado a nivel internacional, sugieren los especialistas. Para Arancibia, el fin último de la simulación es la seguridad del paciente, mejorando las competencias y el entrenamiento para profesionales en formación y otros ya formados.

“Un ejemplo común de simulación es cuando a un establecimiento de salud llega un nuevo equipamiento. Antes de que se utilice con pacientes reales, los profesionales tienen que practicar. En resumen, la simulación es toda aquella estrategia o acción que se realiza para fomentar el trabajo en equipo, reducir los riesgos asociados a la atención clínica y mejorar el desempeño global”, señaló la académica, quien es directora del Centro de Habilidades Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Según información entregada por la Universidad de Talca y su laboratorio de simulación clínica, los beneficios de esta metodología van desde potenciar el rol activo del estudiante en el proceso de enseñanza aprendizaje hasta constituirse como una herramienta complementaria a la formación teórica, fundamentalmente en los programas de pregrado.

De acuerdo a la casa de estudios de la Región del Maule, integrante de la RSDUE, se ha demostrado que el uso de la simulación clínica acorta y optimiza el tiempo requerido para el aprendizaje de las habilidades, sobre todo porque permite estandarizar los procedimientos y repetir el entrenamiento tantas veces como sea necesario.

Aprendizaje activo y significativo

Un caso clínico puede contener información de distinto tipo; por ejemplo, además de sus datos sanitarios, un perfil demográfico o la caracterización de su situación socioeconómica. La disponibilidad de estos documentos facilita el aprendizaje continuo y contribuye a mejorar la comprensión de las guías de práctica clínica, la toma de decisiones y el manejo de la incertidumbre.

Felipe Bravo explica que, por ejemplo, el sistema posibilitará que un radiólogo de la subespecialidad intervencional desarrolle un caso clínico sobre un paciente en particular y que esa información pueda ser consumida para el desarrollo de competencias por alumnos de  una universidad en otra región del país, enriqueciendo su proceso de formación y el aprendizaje activo.

“Desde el punto de vista técnico, estamos desarrollando un software que estará alojado en los servidores de la Universidad de Talca y estará disponible vía web, permitiendo que todas las instituciones puedan tener acceso por medio de una cuenta administradora, sin que esté físicamente en sus propios centros de simulación. La idea es implementarlo en una universidad en particular y apoyarla con infraestructura tecnológica para que otras casas de estudio puedan utilizarla de forma remota”, señaló el especialista.

La implementación del sistema considera la realización de un piloto en tres universidades, y capacitaciones y entrega de documentos técnicos y manuales de usuario a los responsables del resto de las instituciones, facilitando su adopción masiva. También se efectuarán acciones de retroalimentación en la etapa de puesta en marcha, para evaluar ventajas y desventajas de esta marcha blanca.

De esta forma, añade Bravo, cualquier plantel y carrera que lo requiera podrá acceder a los casos clínicos para utilizarlos en sus centros de simulación. “Cada universidad establecerá sus propias condiciones de uso de acuerdo a las competencias que necesite generar en sus alumnos. Por lo pronto, esperamos que no sea un desarrollo que quede solamente acotado a especialidades como Medicina o Enfermería”.

Para Claudia Arancibia, la plataforma ayudará a que los estudiantes, en sus tiempos autónomos, puedan ingresar a revisar un caso clínico, con todas las características relevantes: exámenes, imágenes, archivos multimedia, todo ello con el objetivo de dar respuesta a través de una hipótesis diagnóstica, derivaciones o consejería, al escenario que enfrenta.

“Que nuestros alumnos tengan esta oportunidad de práctica activa y estandarizada, en un entorno controlado, es algo muy importante. Ellos necesitan saber qué errores van cometiendo para tener un mejor desempeño en el futuro. La herramienta promoverá el aprendizaje activo y significativo”, subrayó la académica de la Universidad de Chile.

Se espera que el repositorio para la gestión de casos clínicos, que estará conectado a las catorce universidades de la Red, sea un aporte para que las entidades puedan fortalecer la adopción de herramientas tecnológicas para sus programas de formación. Esto en un contexto desafiante para el ecosistema universitario local, marcado por la actual y futura demanda de profesionales y técnicos especializados en salud digital, y por las brechas observadas en la educación superior.

En este contexto, un diagnóstico elaborado recientemente por la RSDUE arrojó que las universidades públicas chilenas evidencian un nivel inicial en su madurez para formar a personas capaces de implementar y gestionar nuevas tecnologías en el sector sanitario. El análisis se realizó a través de un equipo que convocó a especialistas de varias casas de estudio, y determinó un estado de avance de planteles de Arica a Magallanes.

En la foto superior, Claudia Arancibia. En la imagen al inicio, estudiantes en el Centro de Simulación Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, SIMUV.

Nota gentileza de Luis Francisco Sandoval, Agencia Inés Llambías Comunicaciones