Escuela de Medicina inviste a 158 estudiantes de primer y segundo año
En dos ceremonias, las generaciones 2020 y 2021 suscribieron el Código de Honor de Estudiantes de Medicina y recibieron el tradicional delantal blanco.
Un acto académico largamente esperado, protagonizaron 158 estudiantes de Medicina Casa Central, al ser investidos en forma presencial con el tradicional delantal blanco, el bolso y la piocha institucional por las autoridades de la Escuela de Medicina.
Fueron dos actos ceremoniales que se desarrollaron para los 81 estudiantes de primer año y 77 de segundo año, quienes se han visto mayormente afectados por el contexto de pandemia.
Los actos fueron encabezados por la directora de la Escuela, Catherine Soto; la jefa de carrera, Marcela Díaz, y el decano de la Facultad de Medicina, Antonio Orellana. Este último, en su discurso, relevó el compromiso que asumen las y los investidos durante la permanencia en la institución y, a su vez, la UV, de inculcar en ellos que ese compromiso los acompañe por el resto de su vida profesional. “En este día hay sueños que se cumplen e ilusiones que nacen. El camino no es fácil, se requiere compromiso, entrega y dedicación”, añadió.
Les instó a “retomar los valores básicos de la medicina como son la empatía, la compasión, el acompañamiento y la ayuda incondicional desinteresada de aquel ser que cae en estado de pérdida de su salud y vulnerabilidad”.
Por su parte, la directora de Escuela, Catherine Soto, dijo que “el delantal que reciben simboliza un compromiso con los pacientes, con la profesión, con la sociedad y con su propio cuidado. Para asumir el cuidado de otros primero se debe asumir el autocuidado en todas las dimensiones. Los invito a asumir este compromiso con alegría porque simboliza el logro de muchos años de preparación para estar sentados hoy aquí”.
El rito de la investidura
La jefa de carrera, Marcela Díaz, se refirió al rito de investir. “Este es un rito de iniciación a la vida del estudiante de Medicina que parte lleno de sueños; o de transición, donde el adolescente deja atrás su seguridad de colegio para aventurarse en la realidad incierta del joven adulto universitario. Sin duda, es un rito de bienvenida, donde nosotros estamos para acompañarlos en este camino”, expresó.
Posteriormente, alumnos de su respectiva generación leyeron el Código de Honor, que luego sus compañeros y compañeras suscribieron al momento de subir al escenario y ser investidos con la bata blanca.
En representación de la generación de primer año, Andrés Martínez y Sofía Ramírez entregaron algunas palabras. “Ser estudiante del área de la salud significa tener un fuerte compromiso con los demás y es a la vez una de las vías para ayudar y contribuir tanto al prójimo como a la sociedad de la que somos parte. Es una labor que necesita hoy más que nunca una mirada más allá de lo clínico y tal como hemos aprendido, permitiendo ver con otros ojos las múltiples esferas de las personas para poder brindar una atención íntegra y digna”.
En tanto, las alumnas Vaihere Domingo y Javiera Medina, de segundo año, fueron las encargadas de transmitir el sentimiento de sus compañeros y compañeras. “Estamos muy felices de que, a pesar de la pandemia, las dificultades y la modalidad online, podamos estar, por fin, reunidos todos como curso en esta Aula Magna. Este es un acto sencillo pero significativo, símbolo de nuestro paso como estudiantes de Medicina”, señalaron.
“Ser estudiante de Medicina significa escuchar a las personas de manera atenta y sin juzgar, esperando poder ayudar. También es escucharte a ti mismo, entender la importancia de cuidarte en primera instancia y saber pedir ayuda cuando esta es necesaria”, agregaron.
Las ceremonias fueron transmitidas por YouTube para que docentes, familiares y amigos acompañaran a las y los estudiantes.