Hacia una educación médica basada en la amabilidad
Con la participación de la destacada médica pediatra Montserrat Esquerda, directora del Instituto de Bioética Borja de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, el Laboratorio de Medicina Narrativa de la Escuela de Medicina desarrolló su primera Sinapsis Narrativa del 2021, bajo el lema “Educación médica basada en la amabilidad”.
El encuentro fue moderado por el doctor Gustavo Ríos, director del Departamento de Pediatría de la Escuela de Medicina UV. A modo de introducción, el pediatra comentó que esta sinapsis la motiva la necesidad de insertar la bioética y el desarrollo moral en el currículo de los estudiantes. “Nos toca de cerca y a veces los docentes no le tomamos la importancia que se merece”, planteó.
La doctora Esquerda doctora en Medicina, licenciada en Psicología y máster en Bioética planteó que “tenemos una medicina moderna altamente deshumanizada. La empatía se ha considerado una característica personal sin tener en cuenta que es el núcleo fundamental de la asistencia sanitaria. El problema es que el cuidado inhumano se ha convertido en la norma, en una epidemia”, planteó.
Yendo un paso más adelante, se preguntó si la educación médica está deshumanizada. Planteó que hay una erosión ética y empática en las y los estudiantes de medicina. “Tienen niveles mayores de razonamiento moral cuando entran que cuando salen de la facultad”, dijo.
Esquerda comentó que hay dos ámbitos de preocupación que están totalmente relacionados entre sí: la salud mental en estudiantes de Medicina y la erosión ética y empática. Citó algunos estudios españoles y meta análisis sobre prevalencia de depresión, síntomas depresivos e ideación suicida en estudiantes de medicina de 43 países, lo que da cuenta de un problema global.
No eres tú, soy yo
La pediatra comentó que si bien los millennials son más colaborativos y con una mayor capacidad empática, presentan mayores dificultades para aceptar cambios y asumir la incertidumbre. Indicó que la mayoría de las investigaciones en estudiantes muestran un estancamiento o involución del desarrollo ético moral, sufren un estancamiento o involución en la empatía.
“El problema no está en ellos, sino en los criterios de selección altamente exigentes y en la formación curricular que reciben. El énfasis en la formación sigue estando en las ciencias duras y no en la relación médico-paciente, la ética, la comunicación, la empatía, la compasión y la capacidad de formar comunidades terapéuticas”, dijo.
Monserrat Esquerda citó un artículo de The Lancet que recomienda que en la práctica clínica los médicos tienen que tratar de comprender a sus pacientes, sus historias, sus personalidades y peculiaridades para poder proporcionarles el mejor cuidado posible. Y, en este lado blando de la medicina, las ciencias duras les son de escasa ayuda.
“El currículo oculto comprende valores, actitudes, creencias y comportamientos esperados. Tiene una visión mecanicista, a veces cínica de la persona, busca establecer límites en vez de gestionar todo lo que vivimos en medicina, toda la sobrecarga psicológica, ética, moral y relacional. Para mí ser médico es curar y ser cuidado.
Esto no lo lograremos con más conocimientos, sino con personas competencialmente humanas. Requerimos formar a los estudiantes de una determinada manera y no lo estamos consiguiendo”, señaló la médica española.
Invitó a humanizar la educación médica, avanzar hacia una educación que no busque crear límites, sino que busque el afrontamiento y la gestión de los límites. “El secreto de cuidar del paciente radica en cuidar y enseñar al estudiante de Medicina a cuidarse para que cuide al paciente. Debemos empezar por la amabilidad, ya que es un concepto más sencillo que la compasión y la empatía, y que combina el respeto, el afecto y la benevolencia”, expresó.
Esquerda llamó a las y los estudiantes a adherirse al médico que querían ser inicialmente, “porque van a terminar pareciéndose a él”.