Envejecimiento de la población: especialistas advierten de su impacto en el gasto en salud
Estudio revela que el área requerirá de 208 millones de dólares anuales extras, por al aumento de los mayores de 65 años.
Unos 208 millones de dólares adicionales cada nuevo año, de aquí a 2050, requerirá el presupuesto nacional de salud para poder financiar el incremento sostenido de los gastos derivados de las prestaciones relacionados con la atención de las personas mayores de 65 años, cuyo número se duplicará en el país en las próximas tres décadas.
Así lo revela un estudio realizado por la Asociación de Economía de la Salud (AES), en el que tomaron parte especialistas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, cuyas conclusiones iniciales fueron dadas a conocer durante la realización del seminario titulado “¿Y si viviéramos hasta los 100 años?”, que organizó la Facultad de Medicina UV con el patrocinio de Gerópolis UV.
El encuentro fue inaugurado por el decano Antonio Orellana y contó con la participación de profesionales de diversas disciplinas, que relataron sus experiencias en materias relacionadas con la atención de adultos mayores, en especial en la Región de Valparaíso -que a la fecha exhibe la mayor tasa de envejecimiento del país-, con el propósito de proponer políticas y lineamientos para enfrentar este problema.
Gran complejidad
Según explicó el presidente de la AES y profesor del Magíster en Salud Pública de la Facultad de Medicina, Rafael Urriola, los cambios demográficos, epidemiológicos y culturales, sumados a las variaciones que sufrirán los precios de la función de producción del área de la salud y las innovaciones tecnológicas incidirán notoriamente en el aumento de los costos.
“Esto va en serio. El comportamiento que tendrán las componente de las demanda y la oferta causará en el corto plazo un gran impacto económico en la salud. Necesitamos resolver esta situación antes de que este problema se vuelva inmanejable. Hoy el presupuesto en salud representa el 9% del PIB, porcentaje que es inferior al recomendado por la OCDE y que sin lugar a dudas es absolutamente insuficiente. El tema es que si uno considera la tasa de riesgo más el aumento de la población de adultos mayores en Chile y proyecta su comportamiento de aquí a 2050, tenemos que la situación es y será cada vez más compleja”, afirmó Urriola.
En tal sentido, el médico Mario Parada, exasesor presidencial para la Reforma del Sistema Privado de Salud y docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, sostuvo que debido a lo anterior éste y los próximos gobiernos deberán incrementar en un 11% el gasto en esta área si quieren hacer frente de manera efectiva al envejecimiento de la población.
“El aumento sostenido de la población adulta mayor nos obligará a contar con un sistema de atención de largo plazo que incluya otro tipo de asistencias, no solo hospitalarias”, acotó el académico.
Más atenciones
De manera preliminar, el estudio realizado por la AES plantea que si bien Chile aumentó en 7% anual su gasto real en salud entre 2003 y 2016, las dificultades de los adultos mayores para enfrentar sus necesidades se incrementarán porque estos tendrán menos apoyo desde el entorno (el 11,7% de los hogares de Chile está constituido solo por mayores de 65 años); sus ingresos promedio mensuales alcanzan a menos de 300 mil pesos; apenas el 21% de ellos realiza trabajo remunerado, y las mujeres adultas mayores perciben ingresos 25% menores que sus pares hombres y viven cinco años más que ellos.
“Hoy hay 2,2 millones de personas mayores de 65 años (AM) en Chile, pero llegarán a ser 5, 4 millones en 2050. Estudios muestran que los AM ocupan cerca del 29% del gasto total en salud y este incremento de las personas en esta edad traerá nuevos desafíos al sistema de salud para financiar a un grupo que exige mayores atenciones”, sostuvo Rafael Urriola.
Para Mario Parada en tanto, este es un problema social que supera al campo de la salud, porque “si bien hay 300 mil personas que necesitan ayuda de terceros para satisfacer sus necesidades básicas al mismo tiempo están más solos y hay menos esposas, hijas o nueras disponibles para los cuidados que durante mucho tiempo -injustamente- se les atribuyó a las mujeres”.